¡Hola! Tal vez te preguntes a qué viene el titulo del blog...
Con esto de que han empezado las vacaciones para mi he empezado a planear un montón de cosas, que si apuntarme a este curso, que si hacer estos recados, que si visitar a tal, etc. Y entre todo ese remolino de ideas destacó una; "Escribir una carta"
¿Cuanto tiempo hace que no recibes una carta de alguien especial?
¿Cuanto hace que no escribes?
¿Recuerdas como te sentías al enviar cartas?
¿Recuerdas la emoción al revisar el correo?
Por que sí, es tremendamente fácil y cómodo comunicarte a través de todo tipo de aplicaciones como Whatsapp o Line, o a través de redes sociales Facebook, Twitter, Tuenti, etc. ¿Pero y aquellos tiempos en el que no había más comunicación que las cartas? ¿Y la sensación de euforia y nerviosismo mirando cada día el buzón?
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No me malinterpreteis, estoy encantada con el progreso de la humanidad con las nuevas tecnologías, es genial. Sobretodo si vas apurada y estás haciendo cosas. ¿Cuánto tiempo te toma escribir un mensaje o "whats" como dicen por aquí? De 5 segundos a 1 minuto (de 15 minutos a 2 horas si eres mi madre). Por eso estoy reivindicando el envio de cartas. El sábado pasado me senté frente al escritorio, cogí bolis y rotuladores de todos los colores, pegatinas, "washis" (me gusta llamarles así jajajaja), y todo cuanto encontré para escribirle una carta a mi mejor amiga, mi tercera hermana, mi compañera, mi no sé. He vivido millones de cosas con ella, siempre hemos ido juntas al colegio hasta que llegamos a sexto de primaria y ella se cambió de ciudad y colegio, aún no teníamos internet ni una ni la otra (si, existía, pero no teníamos) el caso es que empezamos a escribirnos cartas, tengo muchas.
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Así que decidí que no había mejor homenaje a todos estos años juntas, a todas esas sonrisas que me ha sacado, todos esos abrazos, todas esas cosas que sólo ella podrá entender sobre mí, por todo eso decidí dedicarle dos horas de mi vida. ¿Y qué son dos horas cuando ella me ha dedicado 19 años de su existencia? ¡Nada! Disfruté escribiendo (a pesar de que acabó doliéndome la mano, la euforia del momento), no me corté a la hora de escribir, le conté un montón de cosas, dibujé, añadí fotos, pegatinas. ¡Incluso mi colonia en una tarjeta! Para que sienta que estoy ahí cuando no puedo estar físicamente.
La eché al buzón el domingo por la mañana y esta misma mañana ha llegado. Magia instantánea, desde el primer minuto que cogí el boli y hasta que mi amiga me ha enviado un mensaje para contarme que le había llegado. Hemos vuelto a tener 11 años. Y he de confesar que me ha encantado volver a tener esos nervios de "¿Llegará?¿Y si no llega?¿Cuánto tardará?¿Le gustará?".
Y por eso desde aquí os animo a todos y a todas a que enviéis una carta a alguien. Da igual a quién, a un familiar, a un amigo, al vecino del 3º. ¡No importa! Qué no se pierda esta costumbre tan bonita de invertir tiempo en nuestras relaciones diarias con tonterías no tan tontas como esta. Vale la pena, yo seguiré enviando cartas y paquetes. ¿Y tú?¿A qué esperas? Qué no te haga falta una fecha importante para recordarle a alguien que te importa.